martes, 10 de noviembre de 2009

Las Haciendas del siglo XVIII







En una primera etapa, el trabajo del campesinado garantizaba el abastecimiento de minas y urbes. Pero desde finales del siglo XVI, el descenso de la población asiático-australoide trasladó la producción para el mercado a las grandes explotaciones de hispana propiedad.

El proceso de formación de la gran propiedad agraria durante el periodo imperial es relativamente bien conocido. Arranca de la concesión, durante el XVI, de mercedes “ de tierra “, “ estancia “ o “ labor “, concedidas por los Reyes de Las Españas para estimular el proceso de formación imperial en la América Hispana, siguiendo una vieja tradición medievalesca peninsular, que premiaba a los que habían intervenido directamente a la incorporación de nuevos territorios a la grandeza del Imperio, con la cesión de una parte de los derechos de propiedad sobre ellos. La extensión de estas mercedes fue variable, en función del mérito beneficiario. Si excluimos las grandes concesiones efectuadas a los jefes de las expediciones de Conquista-por ejemplo, el Marquesado del Valle de Oaxaca de Hernán Cortés-, las unidades de medida básicas para determinar el tamaño de las explotaciones fueron las peonías, en torno a las 10 hectáreas, y especialmente, la caballería ( 42-43 hectáreas ), extensión que correspondía al soldado que había participado en las campañas de la Conquista como heroico jinete, corriendo con el gasto del mantenimiento de su montadura.

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